Todos los caminos tienen un final.

Dijiste - te tengo que contestar ahora?
Pude haber dicho no, pero mi ansia de tenerte ya, de que no te alejaras de mí ni un solo minuto, de ser tuya en ese momento, pudieron conmigo y ahí me quede esperando una respuesta que nunca vendría. Una respuesta que nunca sabré, y lo peor es vivir sin saber que hubieras respondido y todo por culpa de mi egoísmo. De no haber sabido buscar el momento, porque las cosas no se hacen como yo las hice. Hay que ser consciente en ese momento y arriesgar ¿Qué pierdes? Si no le tienes, como tú quieres. Todo se trata de ser fuerte, porque el no ya lo tienes. Pero hacerlo en un momento de debilidad, cuando ves ese brillo en sus ojos que te dice en el fondo quiero que seas mía, algo que el niega, pero que tú sientes cada vez que empieza a hacer sus deliciosas cosquillitas por tu cuello, tu espalda , tu barriga, tus piernas...en ese momento eres toda suya, y te da igual que no hayan palabras de por medio, porque los silencios son mucho más sinceros. Y él te mira directamente a los ojos, sin miedo, sin esconder nada, tus ojos y los suyos pueden decirse todo y a la vez nada. Intento que no me salga una pequeña sonrisa, pero lo siento es que no puedo evitarlo, todo es tan bonito a su lado, es el único momento del día en el que no me importa el mañana, solo me importa si tú no estas en él...e incluso hago lo imposible por no pensar en ello, por no imaginar un futuro sin ti, porque sé que sucederá y lo tendré que aceptar.