Cuando crees que sabes todas las respuestas... Viene la vida y te cambia todas las preguntas.

Y aprendí, a dar valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan. Que no siempre hay que decir todo lo que piensas,pero si pensar todo lo que dices. Que mejor dormir poco, para poder soñar más, andar cuando los demás se paran, y despertar cuando los demas duermen, porque por cada minuto que cierras los ojos, pierdes 60 segundos de luz.
También aprendí que no es que dejes de enamorarte de una persona porque pasa el tiempo, sino que el tiempo pasa, porque ya no estas enamorado.
Que todo niño quiere llegar a ser millionario, sin saber que la verdadera felicidad te la dan los amigos que cuentas con los dedos de tus manos, y aún, me sobran dedos. Pero ellos también me hicieron aprender que cuando un recién nacido aprieta con su puño el dedo de su padre, lo tiene enganchado para siempre. Que por simple orgullo, un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando le ayudar a levantarse y una mujer siempre mirara de arriba abajo a otra que no conoce, y se fijara hasta en el mas minimo defecto, pero no mirara las cosas buenas.
Pero sin duda, lo que de verdad he aprendido es que después de esperar durante tanto tiempo algo, cuando por fin lo tenemos, la cagamos y lo perdemos... y si hubiera sabido que esos fueron los últimos minutos que te iba a tener a mi lado, hubiera dicho “te quiero” de verdad, en vez de asumir, tontamente, que ya lo sabias.