Cada uno toma una dirección pensando que al final los caminos se volverán a unir.

¿Sabes que me pasa? Que te olvidas de mi, que a momentos te soy indiferente y en otros me hablas de lo que a ti te apetece. Me pasa no verte, no tenerte, no poder decirte todo lo que siento, no poder gritarte, no poder abrazarte, no poder besarte y volver a sonreír. Me pasa que te da igual estar o no estar, te da igual que yo este o no este, te da igual hablar o no hablar mientras que a mi, cada silencio me deja sin un motivo por el cual estar. Me pasa que eres perfecto y aunque lo intente, no puedo dejar de mirarte como una estúpida esperando por un premio que no se puede ganar. Me pasa que no me veas, que estés con otras, que me reemplaces así. Me pasa que no me importa nada de todo lo que me hagas, podrías manipularme como quisieras. Podrías venir y besarme sin preguntas ni respuestas, mirarme y derretirme, abrazarme y armarme, quedarte y repararme. Y a pesar de todo, sigues allí, con la mirada perdida, con tu sonrisa soñadora, haciendo tu vida a tu manera. Y quizás sea puto capricho o cosa de rebeldía desearte de esta manera, pero aunque pudiera cambiarlo, no quiero, no podría dejar de quererte aunque me lo propusiera.